Busca primero su reino 

 Como parte de Su famoso Sermón del Monte, una de las documentaciones más extensas de Su enseñanza, Jesús abordó las preguntas comunes que enfrenta cada uno de nosotros para sobrevivir (Mateo 6:25-34).

¿Cómo voy a satisfacer mis necesidades? ¿Tendré comida y bebida? ¿Tendré ropa?

Busca primero el Reino de Dios

Al abordar estas preguntas, Jesús dijo: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia; y todas estas cosas os serán añadidas” (versículo 33, versión King James).

En esencia, Jesús nos estaba advirtiendo que no nos preocupáramos por estas preocupaciones humanas y, en cambio, pusiéramos nuestra mayor prioridad en buscar el Reino de Dios. Para obtener más información sobre el Reino, consulte el artículo “¿Qué es el Reino de Dios?”.

Significado de Buscar primero el Reino de Dios.

Buscar el Reino de Dios y Su justicia significa no solo orar por el regreso de Jesucristo y el gobierno justo de Dios, sino esforzarse por vivir de acuerdo con las leyes del Reino de Dios ahora. Esto significa que el camino de Dios se convierte en la máxima prioridad en nuestro pensamiento y nuestras acciones. Cambia nuestras vidas y nos da una perspectiva que nos permite vencer las preocupaciones y encontrar un propósito y paz mental.

Por qué debemos buscar el Reino de Dios

La razón simple pero profunda por la que debemos buscar el Reino de Dios es que miles de años de historia muestran que los humanos no podemos gobernarnos a nosotros mismos de manera efectiva y, al final, todos los gobiernos humanos, aparte de Dios, fracasarán.

Salomón escribió en Proverbios 14:12 que “hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte” (énfasis añadido). Jeremías agregó: “Oh SEÑOR, sé que el camino del hombre no está en sí mismo; no está en el hombre que camina el dirigir sus propios pasos” (Jeremías 10:23).

Los seres humanos han probado todas las formas de gobierno, pero finalmente todas terminaron. Al abordar los eventos que conducen al fin de la era del autogobierno del hombre y el comienzo del gobierno de Dios en esta tierra, Jesús dijo: “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá”.

Continuando, Él dijo: “Y si aquellos días no fueran acortados, nadie sería salvo” (Mateo 24:21-22).

Los seres humanos necesitan un mejor gobierno, un gobierno que sea capaz de producir paz y prosperidad para siempre.

La Biblia promete que ciertamente habrá un mejor gobierno que vendrá a esta tierra para reemplazar a todos los gobiernos humanos. La Biblia promete que ciertamente habrá un mejor gobierno que vendrá a esta tierra para reemplazar a todos los gobiernos humanos.

Después de explicar que habría tres imperios mundiales más después del encabezado por el rey Nabucodonosor, Daniel el Profeta escribió: “Y en los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que nunca será destruido, y el reino no será dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre” (Daniel 2:44).

Cómo podemos buscar el Reino y la justicia de Dios

La enseñanza de Jesús incluía instrucciones sobre cómo buscar el Reino de Dios: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado. Arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:15). El arrepentimiento y la creencia son los dos peldaños fundamentales por los cuales se permitirá la entrada a este Reino glorioso.

La razón por la que debemos arrepentirnos es que “todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Romanos 6:23 agrega que “la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.

Arrepentirse significa que debemos cambiar nuestra manera normal de pensar, la cual está en contra de Dios. La Biblia revela que “la mente carnal [natural, humana] es enemistad [hostil] contra Dios; porque no está sujeto a la ley de Dios, ni puede estarlo” (Romanos 8:7).

Por lo tanto, necesitamos un cambio de pensamiento que luego nos lleve a alejarnos del pecado y guardar los mandamientos de Dios. Como dijo Jesús: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” (Mateo 19:17).

El bautismo es necesario para entrar en el Reino de Dios.

Cuando nos arrepentimos de nuestros pecados y comenzamos a guardar los mandamientos de Dios, el próximo paso es el bautismo. Hablando a personas que habían sido convencidas de sus pecados y que querían saber qué debían hacer, Pedro dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).

El bautismo, la inmersión bajo el agua como símbolo de lavar nuestros pecados y poner fin a nuestro estilo de vida pecaminoso, es un pacto que hacemos con Dios y Cristo. Representa nuestro entendimiento de que hemos quebrantado la ley de Dios y debemos ser perdonados por nuestros pecados. También significa nuestro compromiso de obedecer la ley de Dios.

Ahora estamos convencidos de nuestra necesidad de vivir de cada palabra que viene de Dios y de Cristo. Como señaló Jesús, “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4).

El próximo paso en el bautismo es la imposición de manos para recibir el Espíritu Santo (Hechos 19:6). El don del Espíritu Santo es lo que hace a uno un hijo real de Dios. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8:14).

Como hijos de Dios, entonces debemos crecer en “la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3:18). Juan se refirió a esto como un proceso continuo de purificación (1 Juan 3:3).

Beneficios de buscar el Reino de Dios

El Reino de Dios actualmente tiene su centro en el cielo, por lo que la Biblia también lo llama el Reino de los Cielos. (Lea más sobre esto en nuestro artículo “El Reino de los Cielos”). Es un gobierno real que Dios dice que establecerá en esta tierra, pero aún no está aquí.

No tenemos ninguna garantía sobre exactamente cuándo llegará realmente. De hecho, Jesús explicó que ninguno de nosotros puede estar seguro de cuándo regresará para establecer el Reino de Su Padre: “Del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre” (Mateo 24:36). Pero Él quiere que oremos con urgencia para que llegue (Mateo 6:10).

¿Qué pasa si eso toma un tiempo? Ya han pasado casi 2000 años desde que Jesús pronunció esas palabras. ¿Qué pasa si vivimos toda nuestra vida y morimos antes de que Él regrese con el Reino que prometió traer?

La buena noticia es que buscar primero el Reino de Dios significa más que esperar el regreso de Cristo. Cuando el Reino venidero se convierte en nuestro enfoque, cuando tomamos la decisión de vivir de acuerdo con cada palabra de Dios, eso cambia quiénes somos.

No, el Reino de Dios aún no está aquí, pero el enfoque del cristianismo es aprender a vivir como si ya lo estuviera. Si queremos ser parte del Reino de Dios, ese deseo debe afectar lo que decimos y hacemos en esta vida. Cada día que estamos vivos desde ahora hasta la llegada del Reino nos da la oportunidad, y el desafío, de asegurarnos de que estamos viviendo de acuerdo con los estándares que Dios ha establecido para nosotros.

La perspectiva del Reino

Al buscar primero el Reino de Dios y Su justicia, también aprendemos a ver las dificultades de esta vida bajo una luz diferente.

Cuando la congregación en Roma discutía si los cristianos debían comer carne que podría haber sido ofrecida previamente a los ídolos, el apóstol Pablo tuvo que recordarles que debían dar un paso atrás y mirar el panorama general. Él escribió: “El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Romanos 14:17).

Como cristianos, podemos consolarnos de que las pruebas y las decisiones difíciles de esta vida son solo una parte de un panorama mucho más amplio, un panorama que involucra un Reino que permanecerá para siempre.